Llevo días abrazada a él, durmiendo con las últimas palabras de un capitulo que se cierra y lo vuelvo a colocar en la mesita, esperando la noche siguiente hasta volver a sus caricias.
Hace años supe de Kundera y de su Insoportable Levedad Del Ser pero no debió ser el momento. Ahora lo es. Lo es, cuando el hoy son mil puertas cerradas y apenas acabo de abrir una asomándome por ella.
Me hablaron de una historia de amor escrita por un checo, entonces no me interesó, en aquellos días no , y ahora descubro que es mas que eso "è la vita" y en esas páginas hallo al otro y trato de comprender a Tomás y al mismo tiempo soy Teresa. Cuántas veces dije: ¡salvame!. Ya no lo recuerdo... y la respuesta siempre fue la misma que partían de distintas bocas: Hazlo tu misma. Pero Tomás no es como los otros ni siquiera como nadie, es una proyección de su creador.
Me hablaron de una historia de amor escrita por un checo, entonces no me interesó, en aquellos días no , y ahora descubro que es mas que eso "è la vita" y en esas páginas hallo al otro y trato de comprender a Tomás y al mismo tiempo soy Teresa. Cuántas veces dije: ¡salvame!. Ya no lo recuerdo... y la respuesta siempre fue la misma que partían de distintas bocas: Hazlo tu misma. Pero Tomás no es como los otros ni siquiera como nadie, es una proyección de su creador.
Ella vino a él como un niño Moisés en una cesta de mimbre, a los pies de su cama y él la tomo, redimiéndola. ¿No es acaso lo que tanto supliqué? pero es ahí donde lo encuentro, en una páginas de papel- en una invención- y es ahí cuando aumenta mi desconsuelo o tal vez mi esperanza.
El hace el amor con otras-insaciable- abriéndolas con la precisión de un bisturí, pero siempre vuelve a Teresa, ella es única para él - su salvador- y es en ella donde se halla; Y en ese instante es donde dejo de ser yo: La otra de otros y me entrego a un Tomás como se entrega Teresa con una fidelidad que es solo suya.
Cuando das lo que te pertenece, para que le ofrezcan lo que tu no puedes dar, es un acto de amor que no pude entender hasta ahora, aunque duela oler en su pelo el del sexo del otro. En este punto se me antoja: que Teresa y Tomás, que tu y yo, son y somos el origen de un Paraíso perdido.
Y suena el aria final de Turandot " Nessun Dorma" y muero por estar un día en La Scala de Milán oyendo ya no a Pavarotti, el ya duerme como diría un aglosajón, y mearme en las bragas como una Julia Roberts en Pretty Woman. Pero eso es otra historia...
Te dejo con la princesa que se encerró en una fortaleza, esperando a aquel que fuese digno de ella; aquel que descubriese sus enigmas.
Que conste que a mi lo que me gustan son los hombres; aunque quiero a mis leonas con locura
ResponderEliminarQue no pensemos mal pero es que los ángeles no tienen sexo.
Eso dicen
Ana...
ResponderEliminarMierda. Mierda, mierda, mierda!!!
Que te quiero joer.
Ahora no puedo que me duele el cuello de aguantarme...
Mierda...
Te he releído dos veces más...y al menos ya se secan los surcos y me molestan los mofletes.
ResponderEliminarAniuska, que no se qué decirte, que no puedo ni debo, que yo qué se! Que te quiero abrazar, Teresa.
Diós, emborrachate conmigo ya mismo...
Ya no vuelvo hasta estar un poco más...no sé, menos como ahora.
Y lo que dicen es cierto...aunque a algunos les cueste darse cuenta o no quieran.
Eres increíble Ana...única.
Abres la página y abres la puerta.
ResponderEliminarAllí está Teresa. Ella se te muestra para que la conozcas, para que la entiendas.
Y tú la conoces y la entiendes. Porque tú no eres de esas personas que miran con los ojos y que sólo saben criticar lo que se sale fuera de una vida estardar.
Tú aprendes con Teresa y vives con Teresa, y la abrazas.
Es tu corazón el que abre la página, y no los ojos.
No entiendo tu aclaración como comentario. Acaso alguien que sólo mira con los ojos ve peligrar a la Reina que se sale de una vida estandar? Nadie se merece esa aclaración, mi querida Ana.
Yo también quiero a las leonas, a las fresas, a las Almas y otras cosas más.
Un abrazo, y cierro la página.
Äfrica
Bueno, vistos y leidos los comentarios, no puedo decir nada mas, o mejor dicho, solo puedo decir una cosa, os quiero a todas.
ResponderEliminarA las fresas, a las leonas, a los continentes y si se me permite, a las Almas.
Un besazo y a cantar
Que nadie duerma, pues, bien sea para leer a Kundera, para escuchar a Puccini, o para practicar lo que cada uno propone.
ResponderEliminarA mí me gustó La insoportable levedad del ser a la primera, pero tendré que volver a leerlo. Como todos los grandes libros, hay muchos detalles que no se aprecian en su día, y se disfrutan después.
Me pregunto qué pasaría si los ángeles tuvieran sexos, varios sexos. Sí, ya sé, debo beber menos.
Besos.
La verdad es que a mi me ha entrado ganas de leer el libro y es que lo cuentas como si lo vivieses.
ResponderEliminarEl caso es que te leo y no acabo de entender.
ResponderEliminarDespués paso a los comentarios y entiendo menos.
Por último recuerdo mis propios consejos sobre que no hay que entender sino sentir, me los aplico y ya, siento lo que te leo, no hace falta que lo entienda.
Me pongo de tu parte, te saludo con todo el cariño y espero que nadie duerma.
Buenas noches Aniuska, te deseo sueños aventureros y divertidos, de esos que te hacen sonreir con legañas y todo.
ResponderEliminarUn besito grande y un abracín...pero este pa mi ;)
Ýo ya tuve a un Tomás (en el sentido literal), muchas veces él quiso salvarme, y lo arrojé de mí sin conmiseración alguna.
ResponderEliminarSupongo que ahora esa arrogancia desapareció, porque no veo la hora en que el rescate de mí misma llegue...
Pero por lo pronto, tres personalidades me mantienen cuerda (por muy extraño que parezca eso).
Besos mamá oca.
P.D. Ya actualicé tu link (:
Querida Ana:
ResponderEliminarMe ha encantado, aunque si la música acompañara a la lectura sería ya lo más de lo más.
Pero aún así, es genial!
No dejes nunca de lado tu gran pasión, la escritura... porque nunca se sabe quién se puede enamorar de tus palabras y sentimientos, y de las personas que disfrutamos leyendo tus relatos.
Sigue así guapetona.
Ahora que soy de papel, he tenido ocasión de disfrutar de correos de mis lectores tan hermosos como este post tuyo apasionado sobre un libro. Ése es el lujo de ser de papel: que alguien te coloque sobre una mesilla de noche deseando retomarte.
ResponderEliminarBesos orgiásticos.
Suele suceder que el leer es como la música, que depende del momento. He empezado Creo que 10 veces el Ulises de Joyce,pero no hay tu tia no consigo que me enganche ymira que la historia parece atractiva en los primeros párrafos, pero nada.
ResponderEliminarNikte, pareces muy vital. De acuerdo con glup, hay que sentir, incluso el dolor para vivir. Saludos brujos, da gusto verte sonreir en el perfil.
Hace tiempo que lei la insoportable levedad del ser. Me fascinó esa forma de amar. Teresa, con su debilidad y esa forma tan generosa de entregarse. Tomas con su galimatias de corazon a cuestas pero siempre voviendo a ella.Los celos, el sexo,.. Sabina buscadora incansable de su libertad. Recuerdo mientras te escribo esta historia y me entran ganas de volver a leerla... casi que lo voy a hacer.
ResponderEliminarPor cierto, me uno a los besos y cariños que os habeis lanzado ...
Precioso tu escrito Anita.
Sara.
el libro es genial y la pelicula tambien te la recominedo,
ResponderEliminarA mí me gustó mucho este libro de Kundera que he leído hace muy poco. Y también me ha gustado cómo has escrito tú sobre ese libro. Si él pudiera leerte, a pesar de lo tal vez absurdamente meticuloso que es, estaría orgulloso.
ResponderEliminarBesos.