Ayer lavó la lluvia
las paredes al viento,
y la existencia canta
su música dormida:
los manantiales brotan
como chorros de luz;
los ríos son estrellas
que iluminan los campos;
las abejas detienen
su vuelo entre las flores;
y el alma se conoce
en cada cosa.
La primera vez que hice este trabajo una corriente me recorría por la espina dorsal, las manos me sudaban y a duras penas podía vestirme apropiadamente. Antes de eso tuve que pasar muchos días observando el cielo, las nubes, los vientos, el calor en la piel, el sol y la luna. Hacía meses que no llovía y esos días marcaban un límite. No hizo falta mi diagnóstico, el Jefe me hizo saber que debía empezar mi trabajo. Por eso me vestí, por eso concentré mi energía y por eso comencé el baile de la lluvia. Saltando y cantando estaba más cerca del cielo, como buscando sus ubres para que nos vaciara su fluido vital. Y llovió, muchos días, muchos litros. Sí, llovió. Un bautismo de éxito que ha continuado hasta ahora.
Hoy dejo la tribu y este oficio. Los últimos 12 meses han sido muy duros, sin resultados. El baile ya no puede con el cambio climático.
Las cosas del hombre no son para mí.
Tomo en alquiler este cuarto de juegos y me siento a esperar lametones. La cuestión es un rato divertido con un meteoro como argumento. Contar una historia vivida, o una ficción, o un hecho creado para jugar. El cruce entre el cierzo, o la nieve, el granizo, la brisa del mar, incluso la lluvia, que yo pongo por ejemplo, y los personajes. No tiene porque ser un comentario aislado, se agradecederán historias que entrelacen personajes de otros jugadores y les den continuidad o alteren su trayectoria. Así que el perioscopio se cierra y subimos a la superficie. Ahí quiero ver la fidelidad a la propietaria de esta habitación tan lujosa en sueños.
No se hable más. Por Texas y la Señorita Lool!!
Amanece...