martes, 23 de diciembre de 2008
Clase magistral navideña
jueves, 18 de diciembre de 2008
A Maudi enamorada
domingo, 14 de diciembre de 2008
A la pata coja

Cuando leo estos tipos de pronunciamientos -que me huelen más a sentencia que a otra cosa- suele salir mi vena más ask-erosa, y me cuestiono: ¿A esa conclusión habrán llegado por un recuento de fósiles hallados en esa etapa en los que; con una sonrisa en la boca superaban en número a los que tenían expresión de “¡me estoy muriendo, Joe!?
Si este mismo estudio lo hacen en Andalucía, seguro termina volviéndolos majaras, porque aquí contra más jodido se está, más se ríe. Yo no se si es porque esnifamos demasiada sol, pero es así.
Un ejemplo es mi caso: hace unas semanas me caí torciéndome el tobillo. Me llama una amiga para saber como estoy; a lo que le respondo: muy bien, aquí tendía con la pata en alto ¡con una punzas que me da…! Menos mal que para moverme tengo las muletas de mi padre. Creo que aún no se ha dao cuenta que se las cojí prestá, pero el otro día lo vi reptando hacia la cocina. Y tú no sabes los músculos que me están saliendo. Lo peor que llevo son las mañanas, que me despierto siempre con unas ganas de mear… y como el pie malo a esa hora aún sigue dormío, no lo llevo coordinao con el resto del cuerpo, así que por más que corra (es un decir) no llego nunca a tiempo a la taza del water. Ya me he hecho dos veces encima- huelo a gato-pero no pasá ná me lavo a trozos, eso sí, pá que no se me moje la pierna que más que una pierna parece una momia, ahí envuelta con todas esas vendas… sería la delicia de un paleontólogo. Pero por lo demás, genial.
Por otro lado imagino a ese hombre del neolítico expresándose con gestos -porque el lenguaje así, con todas sus palabras aún no existía- dando saltitos, gruñidos, tirándose de los pelos o en estado de convulsión. Esto último ya en fase de desesperación al intentar comunicar al resto de la comunidad cosas tales como “A la salida del sol iremos a recoger lechugas al huerto para hacernos una ensalá” Y es que los otros ante tal espectáculo debían estar partiéndose el culo-nunca entenderé de donde viene esta expresión- Todos sabemos que el culo ya viene partío como modelo de fábrica, y era así, no se podía ser más que feliz, o como mínimo un cachondo mental, no había otra opción.

Y esto ya va en serio: todos deberíamos volver al Neolítico.
lunes, 8 de diciembre de 2008
La invasión de las moscas
El motivo de tus quejas reside, a mi juicio, en la coerción que tu razón ejerce sobre tus facultades imaginativas. Expresaré mi pensamiento por medio de una comparación plástica. No parece ser provechoso para la obra creadora del alma el que la razón examine demasiado penetrantemente, y en el mismo momento en que llegan ante la puerta las ideas que van acudiendo. Aisladamente considera, puede una idea ser harto insignificante o aventurada, pero es posible que otra posterior le haga adquirir importancia, o que uniendose a otras, tan insulsas como ella, forme un conjunto nada despreciable. = La razón no podrá juzgar nada de esto si no retiene las ideas hasta poder contemplarlas unidas a las posteriormente surgidas. En los cerebros creadores sospechosos que la razón ha retirado su vigilancia de las puertas de entrada; deja que las ideas se precipiten pêle-mêle al interior, y entonces es cuando advierte y examina el considerable monton que han formado. = Vosotros, los señores criticos, o como querais llamaros, os avergonzais o asustais del desvario propio de todo creador original, cuya mayor o menor duración distinge al artista pensador del soñador. De aqui la esterilidad de que os quejais. Rechazais demasiado pronto las ideas y las selecionais con excesiva serenidad."

En estos días he podido apreciar tras un tortuoso letargo, a esos amigos que me ofrecen tanto a cambio de un gozo único. Uno de ellos me pasó el texto de Schiller, otros leyeron un esbozo al que me negué de ofrecerle cuerpo y construyeron a partir de una idea germinal, la historia que me fue incapaz.
Ahora os paso uno de esos borradores y el enlace de Lord Vaira para-a quien le apetezca-compruebe todo cuando digo.
Cazábamos al vuelo- a manotazos- aquellas moscas. Ya atontadas se las dábamos como aperitivo a las tortugas. Lo de las tortugas es otro tema menos interesante que el de las moscas; ellas solo sacan sus cabezas de debajo del agua, perezosas, con un único afán: desentumecer el cuello.
Las moscas en cambio, son más proclives a un acto de ternura. Revolotean sin descanso a tu alrededor, zumbando, cosquilleando con sus patas peludas, posando la piel que te aísla, que te construye; y las sientes en su levedad frente a esa gravedad tuya.
Lo peor de las moscas es cuando quedan pegadas a la tostada untada con miel, aún así, las separas con los dedos a modos de pinzas e intentas deshacer el pegajoso de sus alas para que vuelen de nuevo, para cazarlas de nuevo, para dárselas a comer a las tortugas.
No quiero hablar más sobre ellas.

¿Os gusta Alber Plá? Pues pinchad en él pero sin que le duela mucho, cabrones.