jueves, 12 de noviembre de 2009
Al borde de la cama
Tres días en estado febril, de tiritones, sofocos y termómetro bajo el sobaco- en estas cuestiones siempre me he decantado por un cierto estilo más bien clásico- te sirven para sacar algo bueno de todo ello: el delirio.
Cuando estás subida en él (en el delirio) tu mente se enajena del cuerpo, lo único que te pide a cambio es agua ¡qué ricura! y deja que te pasees a tu santa voluntad. ¿Y a dónde vas? Al desierto- lo normal en estos casos-; allí eres picada por una víbora que sale del único arbusto que existe a cien kilómetros a la redonda, y sin saber cómo (no, no ves a Le Petit Prince, en el delirio pronuncias correctamente el francés) sino a Popeye el Marino que sin quitarse la pipa de la boca empieza a chuparte (el veneno) y eso si que no; supondría el fin de tu aventura y como no estás dispuesta a ello, le das un par de hostias que lo tumbas; y sales corriendo con la víbora que no se suelta de tu pierna y a Popeye gritándote: -¡¿A dónde vas desgraciá?!
Hacia el aeropuerto.
Ya en el aeropuerto llegas hasta la pista de aterrizaje (no tienes que pasar controles) donde Bogart aún se está despidiendo de la Bergman; y tú como no te callas ni una, les sueltas: " A ver cuando termináis que sois mu cansinos" pero como no te hacen ni puñetero caso, porque ellos siguen ahi, dándole a lo mismo y en blanco y negro, tú te decides a pilotar el avión (sabes pilotar) y diriges todas las coordenadas hacia Barcelona, no quieres perderte El Salón del cómics- ya que estás...-; Aterrizas allí mismo, en el centro del salón ¿Y con quién crees que te topas? Con Spiderman. Y te dices para ti misma:" Lo he hecho con muchos tipos de hombres, pero con uno que además sea araña, jamás" Así que lo hacéis allí mismo, bajo la mirada de una cantidad ingente de curiosos- curioso menos pa´arriba, curioso menos pa´abajo- una viñeta a cuatro manos que os queda de lujo, tanto que cuando vuelves a casa la llevas a enmarcar y la colocas encima de la chimenea, en el lugar que ocupaba hasta ese momento el cuadro de los renos (herencia familiar).
Al cuarto día desaparece la fiebre; si, pero miras esa viñeta enmarcá encima de la chimenea; y te dan unas ganas de echarte cubitos de hielo por la rabadilla...; y todo para que así vuelva el delirio.
Rick- Venga tonta, entra ya al avión, que pillarás la gripe.
Ilsa- ¿Estás seguro, Ricki?
Rick- Tengo que pensar por los dos, tú estás como una chota, además, si no lo haces
te arrepentirás, podrían quitarte el asiento que da a ventanilla.
Ilsa- ¿Y nuestro amor, Ricki?
Rick- Siempre nos quedará Disneyland.
Os presento el dibujo que me ha regalado Jose Luis Gaitán, Nikté convertida en una heroína de cómics, va para él mi total y sincero agradecimiento por tanta generosidad de alguién a quién apenas conozco.
Eso es lo bonito de este mundo de los bloguers.
domingo, 1 de noviembre de 2009
El servicio bien, gracias.
- ¡¡¡ Getrudiiis!!!
- Sí, señoriiita.
- ¿Regó al canario como le dije?
- Si, señoriiita.
- ¿Puso la comida a los geranios?
- Si, señoriiita.
- ¿Satisfizo la fogacidad de mi querido esposo?
- ¡¡No!! Si, señoriiita.
- Bien; recite algunos versos eliotianos.
- "Y la familia lo llamó
por el jardín toda la tarde
mientras dormía en el salón.
Y no hace mucho sacó afuera
¡tres gatitos de la chistera!
Y diremos: ¡Ah!
¡Es imprevisto!
¿Habéis visto
gato tan listo
como el mágico Mefistolisto?"
- Ahora haga el pino.
- .atiiiroñes, iS
- Ya puede retirarse.
Y una...
Se oprime las ubres,
se quiebra las reglas,
se regala.
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