domingo, 6 de junio de 2010

Una escena de vodevil

 
  
 
  



"No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de una inteligencia"

Jaime Gil de Biedma






         La señorita Higgins ha estado llorando durante toda la mañana. Su cómplice internauta de años le ha abandonado por e- mail : " La miopía galopante adquirida tras todo este tiempo pegada a un monitor, va tomando un cariz preocupante, esa es la razón por la que me voy lejos de todo este entramado de sensaciones ficticias. Cuando pienses en mi, imagíname con alitas y sentada sobre una nube, feliz."

¡Será cabrona! Ha sido la expresión casi inimaginable de la señorita Higgins como respuesta- en un festivo donde todos cierran- exceptuando  los chinos.

- ¿Tienen clínex? Es que no los encuentro.
- Chi, señolita, al lado de las cacelolas.

El amante de la señorita Higgins se halla sobre un diván de tafetán rojo haciendo la trompa, mientras ella lee a través de una página Web lo especial de su relación - en una entrada donde aparecen juntas- la señorita Higgins con peluca al estilo duquesa de Alba y la Cabra tocando el piano.

- ¿Ocurre algo querida?
- No, nada ¡Será cabrona!


Ha contactado con amigos y solo uno supo consolarla: le promete que no se enamorarán nunca , que su relación será lo más gélida posible y su interés radicará  solo y exclusivamente en la confrontación de relatos y lecturas.






Por si acaso vienes a hurtadillas y me lees cuánto te echo de menos.

37 comentarios:

  1. No se que chingada abuela està pasando con ustedes, pero intuyo que se trata de despedidas, y eso es muy lamentable.
    Voy a contar una anècdota: En este periodico local de Yucatàn, escribe un personaje, con distintos seudonimos, en otras tantas columnas, su nombre es, Armando Fuentes Aguirre. El se refiere a sus "cuatro lectores", siempre pensando que lo que el escribe, no es de interès para los demàs. Sin embargo, estaba equivocado, pues un buen dia decidiò dar una conferencia.Las entradas se agotaron y el local fuè insuficiente. Hace años que escribe y da conferencias y siempre se agotan las localidades. Sus lectores somos millones, aunque estemos a "la sombra". El que escribe nunca puede saber si su trabajo es bueno ò cuantos lestores, puede tener. Lo importante es de que, lo haga, por el gusto de escribir, y con la sana intenciòn de que sea para llevar satisfacciòn, entretenimiento y cultura a los demàs.

    Creo que ustedes cumplen bien con estas espectativas, y serìa una torpeza alejarse de este medio, que aunque, lo duden hace mucho bien a muchos que estamos a la "sombra". lamentaremos si desaparecen. Claudio Porras

    ResponderEliminar
  2. Joooo¡¡¡ Casi me cae la lagrimilla... realmente, ¡qué cabrona!

    besitos balsámicos
    :))

    ResponderEliminar
  3. ¿Que quieres que te diga? Mi sensación era totalmente real.

    ResponderEliminar
  4. Y la mía Alma y la mía
    por eso me cuesta tanto asumirlo.

    ResponderEliminar
  5. No digas eso Gato, así solo puedo llamarla yo; se trata de Lala, nuestra Lala, nos ha dejao.
    Ta feliz, viviendo y la entiendo, pero me siento coja aquí, sin ella si.

    Un besazo petardo, ya iré a leer esas cosas tan horribles que escribes, juas

    Y la vida bloguera continúa.

    ResponderEliminar
  6. Mi querido don Claudio, en algo atinó, se trata de una despedida. Las razones bueno, eso es otra cuestión.

    Concerniente a lo que se refiere solo se me viene a la cabeza un actor dispuesto salir a escena, allí está sobre la tarima interpretando su personaje, Otelo por un poner, y se da cuenta que todos las butacas están vacías.

    Desolador ¿no cree?

    Un beso, papi

    ResponderEliminar
  7. Vengo obligao, quesepas que ya vine anoche, yo es que entro sin llanmar y no dejo huella. Me encantó lo que vi, es divertidísimo, es estupendo que puedas decir algo que te llega tanto, de una manera divertida.

    Felicidades!

    (le habrá gustado mucho)

    ResponderEliminar
  8. Pa la próxima ya sabes lo que hay, te las parto.
    Y es que te he tenío que arrastras. No podías faltar tú, petardo.

    ResponderEliminar
  9. Es que doña Lala se sabe hacer querer, detrás de sus mil nombres y su inocencia de niña buena, sus gestos y expresiones con puntitos y paréntesis, sus comentarios atinados y su cuasi omnipresencia virtual (en su ruta spacera, cuando usaba su nombre de continente, me la encontraba por todos lados!, siempre me ganaba de mano!!!)...no creo que esto me resulte igual sin la certeza de tener siempre un hilo cerca para conectarnos....se hace querer con intensidad la señorita!!!!!!!


    Un abrazo...

    ResponderEliminar
  10. Un día vimos a todos los perros abandonar el pueblo. En fila, sin caras, sus patas disciplinadas marcharon sin el más mínimo temblor ni suspiro.
    No se puede uno imaginar la desolación en que quedó sumida nuestra pequeña población. Hasta yo, cuya aversión por los animales es manifiesta, tenía el gris en el cuerpo, del suelo me llegaba a la cabeza. El ánimo fue el primer daño directo y era patente al ver cabizbajos a los muy alegres habitantes de mi pueblo.
    Uno a uno, por parejas o en grupo fueron abandonando sus casas y siguiendo el camino que los perros abrieron en su marcha. Era un río imparable. En pocas semanas no quedabamos más vecinos que tú y yo.
    Nunca dejamos el pueblo, nuestra casa. Nunca nos fallamos uno al otro, aunque la pena no fuera menos.
    Fue hace años. El pensamiento en los que nos acompañaban antes de todo hizo de coraza contra la desazón, el dolor y las ganas de salir como los demás, sin temblores ni suspiros.
    Ahora vuelve a haber un pueblo con gente, con nosotros y nuestros hijos. Con el recuerdo de rosa de quienes nos dejaron en pos de sus perros que tanto amaban. No tendré nunca otro perro, pero vuelvo a ver los de los nuevos pobladores por estas calles que un día fueron desolación, amor en pena en la virtualidad de un corazón.
    Algo duro arrolló nuestra piel, lo más sensible que tenemos, pero por suerte todos los tejidos se regeneran con tiempo y paciencia.

    ResponderEliminar
  11. Claudio Porras D.7 de junio de 2010, 18:27

    Niktè: Las butacas siempre han estado ocupadas. Los reflectores les impedian ver a vuestro publico. Ahi, estamos siempre.Pienso, que Lala està pasando por un mal momento. Eso es muy normal en los genios, como ella. Le debemos mucho a "mi escuinkla prodigio", y se le debe compensar, entendiendola y dandole tiempo a que recobre su aplomo y buen humor de siempre. Donde quiera que estes, prodigiosa, Africa, Lala (el nombre es lo de menos), te envio un afectuoso saludo.

    Claudio Porras D.

    Mèrida Yucatàn, Mexico.

    ResponderEliminar
  12. Joooo
    También la echo de menos (igual que te extrañaba a ti). Pero me aferro a la idea de que volverá.
    ¿Habrá que hacer algún conjuro para lograrlo?

    Besitos para ti, Nikté, y si hay que unir fuerzas para atraerla, cuenta conmigo

    ResponderEliminar
  13. por si acaso un día encuentras todo

    lo que no podía.





    animossss!!

    ResponderEliminar
  14. Chicos estoy en un ciber, aquí cobran por horas, asi que solo daros este comunicado.
    Lala es feliz, nosotros debemos ser felices por ella y punto.


    Restransmitiendo desde Patraix y pensando los ingredientes que me faltan para hacer un buen cus- cus.

    Agradecería recetas fáciles de hacer.
    Mi hombre es de exquisiteses y yo no salgo de la tortilla de patatas.

    Nacho tu relato de los perros es cojonudo.
    Siento no estar ahora inspirá para respuesta oportuna. Insisto, Alis los garbanzos del cus cus tiene que ser resto del puchero o cocidos de bote?

    Neo te estimo
    Papi usted de vidente no se ganaría la vida.
    Interno, no me he enterao de na de lo que me dices solo pienso en el cus- cus.

    En cuanto pueda me paso pa besaros los morros.

    ResponderEliminar
  15. A buena le vas a preguntar si quieres hacer algo rico... pero por opinar que no quede: si tienes garbanzos resto de puchero (así como de un cocido) sería lo ideal, pero los cocidos de bote están bien buenos.
    Espero que te quede rico ese cus-cus

    Besitos

    ResponderEliminar
  16. Gracias Alís, haré caso a tu consejo.
    Utilizaré los de bote, si no hago antes un puchero.
    Esta noche haré mi primera dorada a la sal.
    No se cuánta sal necesitaré, si tendré que echarle to la bolsa, además la cabeza me da asco
    ¿Debo cortarla?
    A la dorada digo.
    Creo que me tengo que ir.

    Muackses.

    Por lo más bendito, menos mal que nunca proclamé esto como blog literario.

    ResponderEliminar
  17. El día que el astro luminoso se hundió en el horizonte nos envolvió el temor, la duda, el pensamiento de que todo se acabó. Nos juntamos en grupos y erramos por la arena hasta caer rendidos. Así pasamos tiempo y extrañeza. Curamos la piel rasgada por la ausencia con comentarios de apoyo leidos cada vez más bajo y golpecitos en la espalda de forma rotativa.
    Nuestro astro de luz había salido de nuestras vidas y ahora ya no pensábamos casi en eso. Hay que vivir.
    Muchos días después nuestro sol volvió a amanecer. Fue muy agradable, pero nadie hizo el aleluya. Habíamos aprendido a recordarlo sin sentir la adicción que antes nos producía. Debíamos agradecerle esa enseñanza y volver a quererlo como antes. Y lo hicimos.

    Nikté, haz el mapa de Patraix para los pocos viajados y no te empeñes en hacer la comida. Disfruta del tiempo y el que tenga hambre que arree.
    Bss

    ResponderEliminar
  18. claudio porras d.9 de junio de 2010, 18:34

    ¡¡Y yo que pense, que mis contactos brujos de Catemaco, no se equivocaban nunca...!!

    Ni modo tendrè que cambiar de brujos. Los chamanes mayas, suelen ser mejores. Pero... aun estos creo que se romperian la cabeza si trataran de adivinarlos a ustedes los gachupines.

    Lala desaparece, desgarramientos de vestiduras,manifestaciones de felicidad, guisos de garbanzos. ¡¡Falta algo mas!! Si. Una camisa de fuerza, para mi, por favor.

    Desde el hospital siquiatrico de Mèrida, Yucatàn,.... Claudio Porras.

    ResponderEliminar
  19. Supongo que pueden existir formas más divertidas de contar la marcha de Lala, pero esta es genial… disparatada nos encanta… Gracias. Mi cocina es elegante del carajo, seguro que le encanta a tu chico… http://cocinaparaimpostores.blogspot.com/ es la hostia y quedas de PM DEMOSTRADO.
    Un beso

    ResponderEliminar
  20. Hace mucho que no pasaba por aquí.
    No obstante, no me he olvidado de ti.
    No sabría muy bien comentar tu post. No sé qué trata.
    En cualquier caso quería que supuieses eso, que me acuerdo. Sigo existiendo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Todo ocurre, no sabemos por qué, simplemente pasa

    Buscador...

    ResponderEliminar
  22. Un, dos, tres, tres escalones, un estruendo y el silencio. Mi cabeza flotaba en un fluido que no era aire, ni nada conocido. No hablaba, no oía, ni era capaz de mover un músculo. Intentaba recibir el parte de daños, pero ningún oficial parecía estar en su puesto.

    Tiempo atrás había comprado esta casa de estilo victoriano, una ambición que me inculcó mi tía Margaret, la misma que me presentó a Nicole, con la que me casé un poco más tarde. No hará falta que dibuje toda la arquitectura de mi vida, pero es patente que transitábamos por la exclusivas clases altas de nuestro pais. No eramos unos nobles ociosos viviendo de las rentas de su patrimonio, eso no, bien al contrario mis negocios me ocupaban la mayor parte del tiempo. Sin embargo a Nicole le costaba adaptarse a su circunstancia de mujer de alguien que guardaba muy poco tiempo para su familia, de modo que vio como le crecía un natural desapego.

    ResponderEliminar
  23. Si a mi me preguntan, las despedidas deberían ser siempre festivas, como si fuera el último día sobre la Tierra (metafóricamente lo es), como un soltero en la víspera del matrimonio. Darle vuelo a la hilacha una última vez, para no sentir luego que uno extraña todo eso.

    Por eso yo pienso que mientras uno no se despida con bombo, platillo y bailarinas exóticas, siempre volverá, no podrá con ese sentimiento de vacío existencial y el gusanito del "ah qué buenos tiempos".

    Al menos yo por eso sigo aquí, aunque diferente, lo sé, pero no indiferente a este mundo donde los extraños lejanos son más reales y más familiares que los conocidos cercanos.

    Puede que yo tenga razón, puede que solo busque una justificación para las bailarinas exóticas, pero lo cierto es que aún aquí el tiempo no pasa en vano y los vientos cambian de curso. Así es la vida.

    No creo que sea lo último que veamos de Lala. Necesitará ocupar sus dedos en algo. Atentos!

    ResponderEliminar
  24. Ay, Gitano! Tu discurso me encandiló, incluso con las bailarinas exóticas.
    Y yo, que parezco ausente, me sumo a tus palabras. Porque mi silencio no es ausencia. Es sólo que también espero el regreso de Lala. Tienes razón, no se ha despedido. Por tanto, no se ha ido.
    Aunque está tardando. Eso es cierto.

    ResponderEliminar
  25. Lala se ha ido, por dios!!!
    Ese corifeo de lamentos y nostalgias debe ser limitado. Ya es hora de saltar el viento en contra y crear un nuevo tiempo con lo presente, con la realidad que corre por los ríos de nuestras cabezas.
    Que la vida discurra. Vamos a ser y estar más allá de fueras de juego, propongo.
    El campo está a la altura de siega y no hay que perder el tiempo con ayeres. So pena de querer perder lo bueno que aún tenemos, por ejemplo a Nikté.
    En el camino, sí. En el retrovisor no más.

    ResponderEliminar
  26. la vida es así; un tren a punto de partir de cada estación donde suben y bajan personas. Algunas hacen muchas estaciones con nosotros y otras pocas y a veces algunas que hacen muchas estaciuones con nosotros se sientan en el último sitio del vagon de cola y no notamos su presencia
    Puede que sea así y también que no lo sea.
    pero la vida pasa

    ResponderEliminar
  27. estupendo relato autobiografico
    jijiji
    es coñita eh?

    ResponderEliminar
  28. por cierto com ome he vuelto un poco lelo con el tiempo un dia me cuentas y me dices lo de lala...

    ResponderEliminar
  29. Luciérnaga curiosa30 de junio de 2010, 11:39

    Vengo a por una ración de luz.

    Sé que aquí hay suficiente.
    Siempre ha habido suficiente luz aquí, sí...


    Un beso

    ResponderEliminar
  30. mmmmmmm me quedo afuera de los nombres y circunstancias de esta despedida, pero a contrapelo yo volví. Y me alegra pasar por tu blog siempre tan lleno de vida, de sabores, de colores nikteanos!
    Un abrazo,
    Verónica

    ResponderEliminar
  31. Seguro que te lle. A hurtadillas, pero te lee. Sonrío.

    ResponderEliminar
  32. Me perdí la mitad, o el principio, de esta historia... pero ese aire de despedida tiene un algo de humor que me ha gustado.

    ResponderEliminar
  33. El eco de la ausencia13 de julio de 2010, 15:17

    Niktéeeee, ktéeeeeee, téeeeeeeeeeeeee, eeeee!
    Dónde estássss, stásssssssss, tássssssss, asss???

    Te sigo amando como aquella primera vez...
    Aunque no te habías depilao, gñé...
    :P

    Ahora te me desapareces tú, ya ves...


    Muá!
    Uáaaaaaa, áaaaaaaaaa!


    Y otro beso pa Nacho, achooo, chooooooooo...

    ResponderEliminar
  34. Me pareció oir un eco y una sensación de suave humedad en la piel. No sabría decir la causa. El verano calienta la cabeza y es causa de alucinaciones, de extraños reflejos sobre la arena, espejismos que crecen y se van.
    El calor me adormila de nuevo y dejo de pensar en lo que pareció, esperando que un día sea, sea en totalidad y complicidad.
    Un beso al aire para el eco que marca tu ausencia. Si es buen eco ya lo devolverá.

    ResponderEliminar
  35. Lo siento mucho. Eso de que se vaya una amiga bloguera no es ninguna tontería. Y mil gracias por hacernos reír siempre, por saber contar con tanta inteligencia y humor. También he estado leyendo tus nuevos cómics. Muy buenos. Echaré de menos los diálogos que Lala y tú manteníais. A veces casi lloraba de risa.
    Un abrazo muy grande, querida Nikté.

    ResponderEliminar
  36. Ya no se puede fiar uno ni de los cómplices internautas de años, es igual el tiempo y las fatigas compartidas, al final todos/as se van.
    Hay un tema, antes habían venido.
    ¿Qué ha ocurrido en ese espacio, entre ese ir y venir?
    Estuve años compartiendo confidencias con una dama alemana que residía en Munich. Una Nochevieja me confesó que se llamaba Jordi, que vivía en Sabadell, que estaba casado, que tenía tres hijos y un dálmata. No sospeché ni por el acento. ¿Qué interés tendría este culandrón en engañarme?, ¿tan cándido soy?
    Y más.
    Amé día sí, día no, a una atractiva dama de provincias occidentales. Obcecado en la fricción no comprobé que su edad aparente no coincidía con la edad de su DNI. Para cuando me quise dar cuenta ella era mi abuela y yo acababa de nacer.
    Es decir que no, es decir que sí.
    Unos vienen y otros van.
    Solo tú y yo resistimos, corazón.
    Viva Santander.

    ResponderEliminar