
Llevo varios días intentando romper este silencio y aún no se cómo.
Estoy seca, seca de palabras.
¡Que carajo! Os echo de menos y me duele el no poder ofreceros.
Pero ¿Sabéis que? No está todo perdido, aún continuo subiendo a mi alfombra mágica, la que me lleva a un jardín donde las clamidias trepan por los arcos forjados de un cenador, y allí la luz va, y toma la acidez dulzona de las moras...

Si, Schahrazada era una arpía sin escrúpulos que dormía abrazada cada noche a un Emir asesino de vírgenes; aunque antes se las beneficiaba, por lo que ya no lo eran, bueno, lo eran antes de.Y no solo eso, lo dejaba en ascuas en el punto mas álgido del cuento, y así por tres años y to pa que no se aburriera de ella y la matara como a las demás.
Y yo, no quiero morir.

Iré y morderé vuestros corazones.